Edificio del Ayuntamiento
El inmueble hoy destinado a Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, se construyó para alojar una escuela gratuita de primeras letras, con fondos aportados por don Pedro Ygareda y Balbás, por medio de la Fundación que lleva su nombre. Don Pedro Alcántara de Ygareda y Balbás donó este edificio para escuelas en 1888, y en 1889 fue inaugurada la Escuela Gratuita de Primeras Letras Hijas de la Caridad, para niñas y párvulos. También alojaban a ancianos. La escuela de niñas y párvulos se trasladó en 1908 a otro edificio de la Fundación, sito en la calle Pernalejo, y el edificio de la Plaza de la Virgen del Campo quedó vacío, siendo ocupado posteriormente por el colegio para niños de los Hermanos Maristas.
Desde 1962 y hasta el momento actual, es la sede del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, trasladándose desde las dependencias municipales que entonces estaban en el edificio La Torre (que hoy ocupa la delegación de la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural).
En el interior del edificio encontramos una placa, dedicada al fundador de estas escuelas, Don Pedro Alcántara de Ygareda y Balbás (1820-1883).
Otra placa conmemorativa en la portalada del edificio, nos recuerda que en este Ayuntamiento, reunido el pleno en sesión extraordinaria el 30 de Abril de 1979, y por unanimidad, se solicitó por primera vez en la región y haciendo uso del art. 143 de la Constitución española, la Autonomía para Cantabria. Cabe destacar que Cantabria fue una de las primeras Comunidades Autónomas en tener Estatuto de Autonomía, aprobado el 30 de diciembre de 1981, junto con Andalucía y Asturias que lo aprobaron el mismo día, y sólo por detrás del País Vasco, Cataluña y Galicia.
El edificio es un palacete urbano, de planta rectangular con cubierta a cuatro aguas, construido en mampostería y sillería en esquinales y vanos. Consta de tres alturas, delimitadas en la fachada con una línea de imposta. En el muro se abren tres vanos rectangulares, que presentan las mismas características. Junto a los vanos, que se abren en la tercera altura, se aprecian dos escudos labrados en piedra, en ambos extremos de la fachada principal.
El acceso a la parcela donde se sitúa el edificio es a través de una portalada de tipo clásico, con frontón, pilastras adosadas y un arco rebajado, que perteneció al vecino palacio de La Bodega.
El resto de la delimitación de la parcela es a través de rejas situadas sobre un muro y separadas en tramos por columnas acabadas con forma de capitel.
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