Ermita de La Virgen del Campo. Historia de un Capitel
En el año 1983 en el lugar donde se ubicaron las dos capillas de la Virgen del Campo y que era conocido como “El Campo del Salar”, se encontró el capitel de una columna con un texto inscrito.
Las primeras referencias sobre la Virgen del Campo aparecen en un documento fechado el 19 de mayo de 1544, un “mandato procuratorio” otorgado por todos los vecinos y su alcalde Pero Fernández, reunidos en concejo para tratar de “cosas tocantes al servicio de Dios nuestro Señor e al serviçio de su Majestad…de vecinos y moradores” celebrado en la iglesia de Nuestra Señora del Campo a favor de los procuradores Gonzalo de la Concha y Juan Gómez de Villafujil, para representar al Concejo de Cabezón en el Pleito de los Valles frente a Yñigo López de Mendoza y Luna.





El edificio al cual se hace referencia en 1544 es distinto del que se derribó en 1936. Posiblemente ambos se encontraban próximos al lugar llamado “La Pozona” o “El Salar” que según la tradición, fue donde se encontró la imagen de la Virgen.
El día 29 de diciembre de 1580, en presencia de Andrés de Hoz, ”escrivano de Su Magestad y de la audiencia de este valle, del yllustre señor Sancho de Cos, alcalde”, se convoca un concejo para rehacer las antiguas ordenanzas, “Estando juntos a su Conzejo a son de campana tañida, para proceder a rehacer las antiguas ordenanzas que se encuentran rasgadas, maltratadas y corregirlas, para lo que se otorga poder en la villa de Cavezon, digo en el Campo del Salar de dicha villa de Cavezon”.
Ahora, en el mismo sitio, nos encontramos con tres escenarios que varían y se entrelazan; el primer escenario sería “La Pozona” que es donde aparece la imagen y donde se construye la iglesia de la que se habla en 1544. Esta primera iglesia va sufriendo un deterioro como consecuencia de su endeblez, de los asentamientos del terreno y de la famosa inundación de 1540 y es por lo que en 1767 es sustituida por otra que llegará a merecer la consideración de Santuario. El segundo escenario, “El Campo del Salar”, nos muestra una localización definida por su actividad relacionada con la sal y eso nos hace suponer que de ahí toma su nombre la imagen que allí aparece y que pasará a llamarse “Virgen del Campo”. Esta acepción dará nombre a numerosas niñas nacidas en nuestra Villa. El tercer escenario hace referencia al lugar donde se reunían alcalde, regidores y resto de vecinos para tratar temas locales en Juntas y Concejos.
En 1936 el párroco Don Manuel Calvo firmaba el contrato de derribo de la Capilla con Baldomero Fernández, de Carrejo, que se comprometerá a recoger retablos y enumerar las piedras que dejará bien ordenadas en el solar de dicha Capilla. Previamente, el arquitecto Javier González de Riancho realizó un informe en el que urgía su derribo por el peligro que suponía para los que transitaban por sus proximidades. Este informe iba acompañado de dibujos en planta a escala y otro en alzada de la fachada principal, así como bocetos que proporcionaban abundante información. Ricardo Aguirre (1991), nos habla de la descripción pormenorizada que Ramón Bohigas Roldán hace del edificio según los dibujos del arquitecto, situando la construcción entre los siglos XVI y XVII.
En 1983 se realizan obras en la zona de la antigua capilla, entre los escombros aparece el capitel de una columna con la siguiente inscripción: “Esta obra hizo el licenciado Domingo Ruiz de Hoyos primer alcalde de esta villa elegido por votos”. Las características de esta escritura nos reafirman en la idea de que estamos ante un edificio del siglo XVII, pero existen dudas ya que contemplamos un capitel escrito por los cuatro costados que parece pertenecer a una columna exenta (columna aislada) y en los dibujos de G. de Riancho no se observan columnas de este tipo. El capitel está formado por una sucesión de molduras de abajo a arriba, con un ancho filete en el que se dispone la inscripción bajo la cual se extiende un cuarto de bocel, una arista de filete, un tramo recto y un bocel sobresaliente, estando rota la unión de las caras A y B, y presentando un orificio en el centro para vástago vertical.
Texto de José Ramón Gómez y fotografías cedidas por José Ramón Gómez y Gabriel Morante.
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