La pintora María Blanchard
Maria Gutiérrez-Cueto Blanchard nació en Santander en 1881, en el seno de una familia de la burguesía culta, vinculada a Cabezón de la Sal, que apoyó siempre su temprana vocación artística, compensando de alguna manera una deformidad física, producto de una caída de su madre durante el embarazo, que la marcó profundamente durante toda su vida.
En 1903 se traslada a Madrid para dedicarse a la pintura. En 1908 obtuvo la Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por la obra Primeros Pasos. Al año siguiente se traslada a París con una beca acudiendo a la Academia Vitti, donde recibe clases de Anglada Camarasa y de Kees van Dogen. A su vuelta a Madrid en 1914 asiste a la tertulia del Café Pombo y participa en la polémica Exposición de Pintores íntegros organizada en 1915 por Ramón Gómez de la Serna. Tras una corta temporada como profesora de dibujo en Salamanca vuelve definitivamente a París en 1916.
Hasta este momento su obra era figurativa con una factura académica, de dibujo firme y tonos sobrios, donde predominan las escenas costumbristas. Con su vuelta a París se inicia una etapa cubista, próxima al estilo de Juan Gris con unas notas expresionistas muy personales. En los años veinte se produce un “retorno al orden” impregnado de un hondo sentimiento religioso que coincidió con un agravamiento de su dolencia. La figura humana, principalmente seres enfermos y dolientes situados en ambientes tristes, serán el centro de su obra. Son pinturas de color delicado y ritmos angulares que reflejan la infancia, la soledad, el abatimiento, la tristeza, la enfermedad. A pesar del notable éxito que alcanza su cuadro La Communiante en el Salon des Independentsde 1921 y del interés del marchante Leonce Rosenbergen su obra, las penurias económicas y su delicada salud la sumen en una gran tristeza. Murió de tuberculosis en París en 1932.
Más información (Academia de la Historia).
Más información (Wikipedia).
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