Bosque de castaños de los Coborros
El castañar se encuentra al noreste de Bustablado, partiendo de la parte baja del pueblo, por una pista que continúa por un pequeño camino entre vegetación y rocas, convirtiéndose al final en un sendero de vacas entre escajos.
Se trata de un espacio de gran belleza y singularidad, con más de 100 castaños centenarios, algunos de ellos milenarios, lo que puede convertirlos en los seres vivos más viejos de Cantabria. Alcanzan envergaduras de hasta 6,75 metros de circunferencia y un metro de cuello. Hay también otros 60 castaños de menor edad. En este entorno se presenta además una de la mayores biodiversidades de la región, con una transición de vegetación atlántica a mediterránea, con presencia de Quercus robur y Quercus pirenaica, olmos, Ulmus sp., genistas y hasta algunos encinos cántabros Quercus ilex.
El Castaño, (Castanea sativa), tiene su lugar de origen en Los Balcanes y el Cáucaso.
Árbol caducifolio de gran longevidad que puede llegar a los 30 metros de altura. Presenta un porte elegante, con una copa piramidal tendente al abombamiento, casi semiesférica y densa, con una gruesa ramificación que comienza a poca altura.
De tronco corto y grueso, su corteza pardo-rojiza se va agrietando longitudinalmente con los años, y adquiriendo un color pardo-grisáceo. Sus hojas, de gran tamaño, lanceoladas y dentadas en los márgenes, presentan un color verde intenso, algo más claro en el envés. Florece en verano, entre junio y julio.
Su fruto, la castaña, madura de septiembre a noviembre. Envuelta en un erizo pinchante, ha constituido un elemento base en la forma de vida de los cántabros ya que formaba parte esencial de su dieta alimenticia y de su tradición, con fiestas como la Magosta.
La madera de castaño, fuerte y duradera, es apreciada en la industria del mueble, en la imaginería y en la artesanía de tallado.
En el centro del núcleo urbano de Bustablado, dentro del recinto de la Ermita de San Ildefonso se encuentra otro árbol centenario: un tejo.
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