Panteones del cementerio de Cabezón de la Sal
El cementerio de Las Navas se inauguró el 25 de julio de 1910. Este cementerio vino a sustituir al de La Fuentanuca, en el Barrio de la Losa, lugar donde se encontraba la antigua parroquia de San Martín, hasta la construcción de la nueva iglesia en el siglo XVIII (1724-1729), y que se vio afectado por corrimientos del terreno. La Fuentanuca siguió albergando el cementerio de Cabezón hasta la construcción del actual de Las Navas. Algunas familias recogieron los restos de sus antepasados y los subieron al nuevo cementerio, como hizo Higinia Sánchez Balbás, que construyó un panteón a la entrada del camposanto, con los restos del que Petra de Ygareda y Balbás había construido en La Fuentanuca, en el que hoy yace la familia Ygareda.
Destacan, por su arquitectura, dos panteones, además del de la familia Ygareda: El de Gutiérrez de Celis y el de los Condes de San Diego.
Panteón de Gutiérrez de Celis
De estilo historicista neogótico de principios del siglo XX. Se estructura en dos cuerpos. El bajo con la cripta, a la que se accede por una puerta de arco carpanel entre pilastras con capitel. El segundo cuerpo tiene una puerta en arco angular, flanqueado de pilastras con capitel, frontones, almenas y arcos cegados que recuerdan a las ventanas góticas.
Panteón de los Condes de San Diego
Panteón de familia de estilo neobizantino de principios del siglo XX. Fue una de las primeras obras del arquitecto Leopoldo Torres Balbás, sobrino de los Condes de San Diego, que veraneaba en Cabezón de la Sal. Es un edificio realizado en sillería y rematado con cúpula y cruz. En la portada se abre un arco de medio punto enmarcado con alfiz. Sobre él se sitúan dos escudetes sin tallar. Todo ello entre pilastras cajeadas y cornisa. Destaca igualmente la reja de la puerta de entrada.
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