La extracción de la sal ha sido, durante siglos, la principal fuente de riqueza de Cabezón de la Sal. Como ya hemos indicado, se dejó de extraer en el año 1979, debido a los hundimientos de casas y edificios. Ya en esa época solamente quedaba activo el Pozo de Tresano, del que aún conservamos algunos restos. Se conservan también huellas de la actividad minera de Udías, de la que perdura, en Ontoria, la estación de descarga del cable aéreo que arrancaba de las minas. Se mantienen también varios molinos de río, entre los que destacamos el Molino de Carrejo, que fue el primer molino fluvial de Cantabria visitable.
Vestigios industriales en Cabezón de la Sal
Pasado industrial de Cabezón.
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Salinas y pozo de Tresano.
EL último vestigio de la actividad de la minería de la sal, que constituyó la base de la economía de la villa, y que fue decisiva para convertir a Cabezón de la Sal en la cabecera de la comarca.
Fotografía cortesía de José Ramón Gómez.
Cargadero de Ontoria.
Fue construido en 1925, y era la estación de descarga del mineral que se extraía en las minas. Los baldes llegaban a Ontoria por el cable aéreo que arrancaba en las Casas de la Mina. Este cargadero está estratégicamente situado en Ontoria, al lado del ferrocarril.
Molino de Carrejo
Fue el primer molino fluvial de maíz en Cantabria. Las primeras referencias a este molino datan del siglo XVIII, y se ha mantenido en funcionamiento hasta el siglo XX.
Pozo de la Luz
Construido en el siglo XVIII, se dedicó en un primer momento a la molienda de maíz, hasta finales del siglo XIX, época en la que se usó para la producción de energía eléctrica.
Molino de La Cabroja
Construcción del siglo XVIII, que se dedicó a la molienda del maíz, y posteriormente se aprovechó para la producción de energía eléctrica, sirviendo de apoyo a la Central Eléctrica Sajón hasta el cierre de las Salinas en 1979.
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